La pericia de cazadores y cuidadores es crucial para una buena higiene alimentaria, tanto de la carne de venado como de los animales mantenidos en cercados. En cuanto haya indicios de características dudosas, debe recurrirse a un veterinario oficial para que realice un examen y una evaluación adecuados.
Si un cazador vende la carne de venado a un establecimiento autorizado, siempre es obligatoria una inspección post mortem oficial.
Los cadáveres de determinadas especies animales, como el jabalí o el tejón, también deben someterse a un examen para detectar la presencia de triquinas. Las muestras para dicho examen pueden ser tomadas por el cazador si está formado y ha sido autorizado para ello por la oficina veterinaria competente. A continuación, las muestras son analizadas por un laboratorio acreditado y sólo si los resultados son satisfactorios puede despacharse el venado para el consumo.
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Control alimentario, protección de los consumidores y servicios veterinarios
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