El Blaustrümpflerweg tiene todo lo que el excursionista urbano puede desear: vistas maravillosas, naturaleza salvaje, lugares de interés... y todo ello cerca del centro de la ciudad y conectado con el transporte público.
El punto de partida y de llegada "oficial" del Blaustrümpflerweg es Marienplatz, en el sur de Stuttgart. Pero no importa dónde comience la ruta circular, las atracciones siguen siendo las mismas, sólo cambia el orden.
Desde Marienplatz, el corazón urbano del sur de Stuttgart, el sendero sube hasta Karlshöhe. Los caminantes pasan por el Städtisches Lapidarium, un jardín villa de principios del siglo XX, que atrae a los visitantes con su colección de obras de arte históricas y componentes de edificios.
El Karlshöhe y los tramos siguientes, Hasenbergsteige y Blauer Weg, ofrecen repetidamente magníficas vistas, que a veces hay que esforzarse en conseguir. Sin embargo, los casi 100 metros de altitud desde Südheimer Platz hasta el cementerio de Waldfriedhof no hay que recorrerlos a pie, porque afortunadamente existe el histórico teleférico.
Desde el cementerio del bosque, el camino lleva, pasando por el cementerio de Dornhalden, hasta la plaza de Santiago de Chile. Aquí se puede subir al tren cremallera, conocido cariñosamente por los lugareños como "Zacke", y sentarse, relajarse y disfrutar de las vistas durante el trayecto hasta Marienplatz.
Por cierto, "Blaustrümpfler" es el apodo de los habitantes de Heslach. Se remonta a una leyenda según la cual los habitantes de Heslach traicionaron al exiliado duque Ulrich von Württemberg en su huida de Stuttgart en 1518. Cuando regresó a Stuttgart, ordenó que a partir de entonces todos los habitantes de Heslach tuvieran que llevar medias azules a la iglesia como castigo.