La subida es todo un reto, pero incluso aquí se puede disfrutar de unas vistas maravillosas. La más hermosa es, sin duda, desde el mirador situado sobre la cervecería al aire libre. A la mayoría de los visitantes les atraen las vistas y la cervecería.
Pero también merece la pena visitar el resto del parque. Caminos románticos atraviesan jardines de estilo inglés. Aquí y allá encontrará testigos mudos de la historia, como la encantadora fuente de Palas Atenea.
Si después de visitar Karlshöhe aún le queda tiempo y energía, puede visitar otra joya escondida a sus pies: el Lapidario Municipal de Stuttgart, en el parque de la antigua Villa Ostertag-Siegle, en la Mörikestrasse 24.
Por cierto, Karlshöhe fue originalmente una cantera. Las piedras extraídas aquí se utilizaron en el Palacio Viejo y la catedral de Ulm, entre otros.