Cuando el duque Carl Eugen von Württemberg llegó a Stuttgart en 1744, a la edad de 16 años, el Palacio Viejo ya no satisfacía sus necesidades y era necesaria una nueva sede del poder. Incluso amenazó con trasladar su corte a Ludwigsburg si no lo hacía.
Carl Eugen encargó al arquitecto italiano Leopoldo Retti el diseño de un complejo de tres alas con un gran patio de honor. Su finalización se demoró hasta el siglo XIX, tras la muerte del duque. El Palacio Nuevo se caracteriza, por tanto, por la coexistencia de diferentes épocas y estilos: del Barroco al Rococó, pasando por el Clasicismo. Los reyes de Wurtemberg residieron en el Palacio Nuevo hasta mediados del siglo XIX.
Asiento para reyes y ministerios
Después de que el Palacio Nuevo sufriera graves daños en la Segunda Guerra Mundial, la reconstrucción del edificio fue inicialmente controvertida: estuvo a punto de ser demolido. Hubo que esperar hasta 1957 para que el Parlamento de Baden-Wurtemberg decidiera reconstruirlo, con una mayoría de un solo voto. Esta fase de construcción también influyó en el aspecto del palacio. Entre otras cosas, el ala que da a los jardines del palacio se pintó de rosa y la gran corona de la cúpula se sustituyó por la bandera del estado de Baden-Wurtemberg.
La agitada historia del palacio también se refleja en sus residentes: no sólo duques y reyes vivieron aquí. El ex presidente federal Richard von Weizsäcker también nació el 15 de abril de 1920 en un ático del Palacio Nuevo. En la actualidad, el Palacio Nuevo alberga dos ministerios y el Lapidario Romano del Museo Estatal en el sótano. Quien desee casarse en el Palacio Nuevo puede hacerlo en el magnífico Salón de Mármol.