Con sus hileras de árboles, fuentes y campos de flores, la Schlossplatz se considera hoy una de las plazas más bellas de Europa. Pero no siempre fue así. A principios del siglo XIX, la Schlossplatz no era más que un patio de armas. No fue hasta la década de 1860 cuando la polvorienta zona se transformó en un floreciente jardín de flores.
Los jardines barrocos, con sus caminos entrecruzados y sus coloridas flores, son una auténtica joya. También están las hermosas fuentes, que se instalaron en honor del rey Guillermo I en 1863 y en las que muchos habitantes de la ciudad se refrescan en los días calurosos. También está el pabellón de música de hierro fundido con arcos decorados en estilo morisco, donde las bandas militares tocaron todos los domingos durante muchos años.
La Edad Media se une a la modernidad
Y luego está la ornamentada Columna del Jubileo, con Concordia, la diosa de la armonía, entronizada en lo alto. Fue erigida en 1841 como pilar de madera en honor de Guillermo I y posteriormente sustituida por un monumento de piedra. Por cierto, la escultura de Concordia no se añadió hasta 17 años después porque el rey no quería ver una escultura suya en el monumento.
Por si fuera poco, eche un vistazo de 360 grados a su alrededor: La Schlossplatz está abrazada por los edificios más bellos e importantes de Stuttgart: el Palacio Viejo y el Nuevo, el Königsbau y el Museo de Arte, por nombrar sólo algunos. Aquí es donde la Edad Media se encuentra con la modernidad en perfecta armonía.
