La finca Weissenhof se hizo famosa gracias a la exposición "La vivienda", organizada por la Deutscher Werkbund, en el marco de la cual se terminaron los edificios en 1927. En sólo cuatro meses se construyeron 33 casas en el Killesberg, que constituyeron la pieza central de la exposición. Con la finca Weissenhof, los arquitectos querían dar respuestas modernas a la pregunta "¿Cómo vivir?".
La arquitectura de las casas y pisos era nueva y especial, por ejemplo el tejado plano, la larga cinta de ventanas, las formas cúbicas o el minimalismo sin adornos. Había zonas de estar multifuncionales con paredes correderas, camas correderas y terrazas. El diseño pretendía fomentar una vida sana, flexible y diáfana. Algunos de los edificios se construyeron con nuevos métodos y materiales rentables, como hormigón ligero, paneles de corcho y paneles de yeso.
Las casas de Corbusier son Patrimonio Mundial de la UNESCO
El director de la exposición, Ludwig Mies van der Rohe, había reunido a 17 representantes del movimiento moderno de cinco países, entre ellos Walter Gropius, Hans Scharoun y Charles Edouard Jeanneret-Gris, más conocido como "Le Corbusier". Este último llamó especialmente la atención con su "máquina viviente": Inspirada en un compartimento de tren, la sala de estar puede transformarse en varios camarotes en unos pocos pasos.
La finca es un edificio protegido desde 1958. En 2016, la casa adosada de Le Corbusier y Pierre Jeanneret se incluyó en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO junto con la Casa Citröhan. La Casa Le Corbusier es un museo desde 2006. En una mitad de la casa, los visitantes pueden recorrer la historia de toda la finca, mientras que la otra mitad muestra la casa tal y como era en 1927.
Cien años después de la Exposición Internacional de la Construcción (IBA) en la finca Weissenhof, en el marco de la IBA 2027 se desarrollarán visiones visiones para la región urbana de Stuttgart.